El porqué de este blog

Cuando lees un libro algo queda de él en ti. Me gusta recordar los libros que llegaron a mis manos en un momento especial o aquellos que simplemente se toparon conmigo en un momento de paso.
Hay libros que tocan tu roca del ser o otros son libros de transición, pero todos quedan en ti, prendidos en tu recuerdo.

Empecé a recoger en la cuenta de Facebook los libros que iba leyendo, y hay una entrada en este blog con la lista que fui confeccionando hasta que dejó de funcionar.

Llegó el tiempo de abrir este blog.
Tal vez nadie lo lea nunca, da igual, me queda como un diario que me recuerda algunos de esos momentos especiales.

Abrir las páginas y percibir ese olor a libro,
acariciar las palabras con la yema de los dedos
como si pudieras sentir de alguna forma las palabras
que alguien un día escribió.
Sentir como el libro te arropa en su regazo cuando quedas dormido
y como te estremece como una ráfaga de aire frío.
Abrir el libro para sumergirte en él,
para volar,
para soñar...
Cerrar el libro para retomar el aliento,
para tomar un respiro de vida.
Cerrar el libro escuchando su sonido seco al terminarlo
guardando de nuevo en él todas las historias que brotaron de sus páginas.

¿Y por qué "Los libros del granero"?
Recuerdo subir al viejo granero en el pueblo. Siempre impregnaba a aquella vetusta estancia de un halo de misterio y siempre me atrajo aquella vieja estantería de un rincón. Estaba cargada de libros viejos, la mayoría con historias del Oeste. 
Nunca leí ninguno de aquellos libros pero siempre me pareció que guardaban la estancia y los recuerdos que flotaban en cada uno de los recovecos del lugar.

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