La Bibliotecaria de Auschwitz
Me da auténtico rubor escribir una reseña sobre este libro. Me ruboriza porque me da la impresión de que escriba lo que escriba seré injusto con él; y no precisamente porque lo ensalce más de lo debido, sino porque no creo estar a la altura de poder acercar a quien pueda leer esta reseña al profundo y hondo calado de esta novela.
Es una novela escrita de una forma primorosa: sin grandes acrobacias del idioma te sumerge de lleno en el drama de Auschwitz. Sin recurrir a ñoñerías, ni a macabros detalles, es capaz de hundirte en el fango del campo de concentración sin que dejes de aferrarte siempre al tallo de esperanza. Una esperanza traída de la mano de la bibliotecaria de Auschwitz.
Pero, más allá, de la valoración literaria me adentro en la valoración de la historia: real como la vida misma, muy real. No es la primera novela que leo sobre esta atrocidad de la historia de la humanidad, pero no recuerdo ninguna como esta. Porque... es muy real, y al final de la novela se sabe el porqué lo es. Contaría más en esta reseña pero no quiero ni por asomo desvelar nada al posible lector. La mayoría de las ocasiones, en otros libros, cuando finaliza la novela y el autor continúa unas páginas narrando sus vivencias y andanzas desconectas: se acabó la historia y las últimas páginas suenan a gloria personal pero en este caso nada más lejos de la realidad. Es fascinante y te atrapa hasta la última palabra del texto.
Y por último, quienes me conocen saben de mi pasión por la educación, la escuela, los maestros. ¡Una escuela clandestina en Auschwitz, en medio de aquel horror en el que un puñado de héroes lucharon incansables por preservar la humanidad!
Es un libro, desde mi punto de vista, más que recomendable: literariamente, por su historia, por la humanidad que emerge de sus páginas y del fango del campo de concentración, por ser un tributo a quienes no dejaron de luchar ante toda adversidad, porque no podemos olvidar, porque no podemos dejar de contar estas historias.
Es un libro cargado de muerte, pero sobre todo de vida y esperanza en la humanidad que no dejó de abrirse paso como "una cerilla en la oscuridad".
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